Noche
Te pertenezco.
Yo… te pertenezco.
Lo repetí en mi mente, quizá
para convencerme de que era verdad,
entonces pensé, ¿por qué no puedes ser mía?
Solo tú,
solo un poco…
desde ahora hasta el amanecer,
¡el tiempo justo para ser feliz!
El tiempo justo para dejarnos llevar,
para abrazarnos, para un beso,
para prometernos no separarnos jamás.
Pero no le perteneces a nadie.
No te pertenezco, no pertenezco a nadie.
¡Qué tonta soy al pedírtelo ahora!
Sé bien lo que significa partir,
irme lejos, abandonar.
No me hagas sentirlo de nuevo.
Ojalá me pertenecieras,
ojalá no pensaras en nada más que en mí, en tus manos, en tus brazos.
Ojalá estuviera ahí…
en cada pensamiento, en cada gesto,
en esta vida, ¡aunque solo fuera por un minuto!
Vincenzo Calafiore
